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Origen
Los camélidos tuvieron su origen en América del Norte hace unos 40 millones de años en el Eoceno Tardío. En esa época aparecieron unos pequeños mamíferos a los que se les llamó Protylopus petersoni, parecidos a pequeños guanacos de solo 30 centímetros de altura. A partir de este grupo se originaron distintas especies que, en su evolución a lo largo de millones de años, fueron adaptándose a diferentes condiciones ambientales y aumentando gradualmente de tamaño, hasta que algunas especies alcanzaron incluso los 5 metros de altura, antes de empezar a decrecer hasta su estatura actual.
Los descendientes de los camélidos norteamericanos realizaron dos grandes migraciones: un grupo migró a Asia, Europa y el norte de África, de los cuales se extinguieron la mayoría, actualmente sus únicos descendientes son los camellos y los dromedarios. Otro grupo migró a América del Sur, hace aproximadamente 3 millones de años, de los que actualmente sobreviven dos géneros con dos especies cada uno: Lama (llamas y guanacos) y Vicugna (alpacas y vicuñas).
La familia de los camélidos se originó en América del Norte hace unos 40 millones de años.
Historia
Antes que el continente americano fuera descubierto, ya la llama y la alpaca estaban domesticadas, datando su domesticidad al año 5000 antes de Cristo. En los tiempos del Imperio incaico, hasta el siglo xiv, la cría de los camélidos era reglamentada y su caza prohibida. Los indígenas les rendían culto designándoles dones divinos. La crianza de estos animales les proveía de carne, materia prima para su vestimenta, combustible de su excremento y eran utilizados como animales de carga. Se estima que para la llegada de los españoles existían unos 32 millones de camélidos en el Imperio incaico. Luego, con la dominación española y la introducción de otros mamíferos domésticos, la crianza de alpacas y llamas fue descuidada y discriminada, y las vicuñas fueron cazadas irracionalmente. Sin embargo, a partir de 1980, el número de camélidos empezó a crecer significativamente impulsado por la alta demanda de pelo y carne, y al accionar efectivo de diferentes instituciones y organizaciones sociales.
Descripción
Los camélidos sudamericanos son animales de cabeza mediana, orejas largas y puntiagudas, ojos grandes y salientes, labio superior hendido y formando una abertura; el cuello es largo y erguido, las patas largas y delgadas, las cuales presentan una característica particular: caminar apoyando en el suelo las pezuñas separadas y presentado en la planta de estas una resistente callosidad en la que se apoyan. El cuerpo tiene una conformación delgada y alargada, siendo óptimo para la carrera y el salto; estos animales tienen una gran agilidad y seguridad para correr y trepar pendientes.
Clasificación
Los camélidos sudamericanos pertenecen al reino animal, al tipo cordado, clase mamíferos placentarios, orden artiodáctilos, familia camélidos y a los géneros lama y vicugna.
La sistemática actual incluye a todos los representantes actuales de la familia Camelidae, que está subdividida en tribus:
— Tribu Lamini. Laminos o camélidos sudamericanos. Contiene dos
géneros: Lama y Vicugna, cada uno con dos especies:
— Lama:
— Lama glama o llama.
— Lama guanicoe o guanaco.
— Vicugna:
—Vicugna pacos o alpaca.
— Vicugna vicugna o vicuña.
— Tribu Camelini. Camelinos o camélidos del Viejo Mundo (Asia y África).
Contiene un solo género con dos especies:
— Camelus:
— Camelus bactrianus o bactriano o camello asiático
(camello de dos jorobas).
— Camelus dromedarius o dromedario o camello arábico
(camello de una joroba).
Hábitat
Las cuatro especies de camélidos de América del Sur habitan en zonas donde la vida es imposible para otros herbívoros. Viven en la cordillera Andina a alturas de 4000 a 5200 m. s. n. m., con temperaturas medias de 5 a 14 °C y bajas hasta menores a los -20 °C. En estas zonas el periodo invernal es muy seco y en época de lluvias la humedad es elevada. Por lo general, los terrenos tienen una vegetación extremadamente pobre y raquítica con pastos duros y cortos que solo pueden ser aprovechados por estos animales, debido a que presentan una dentición propia para tales condiciones. Los pastos naturales existentes en las zonas andinas forman, en épocas húmedas, vistosos campos verdes y, en la época seca, el verde desaparece completamente mostrando la aridez del altiplano boliviano.