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La Pesca y la Piscicultura en Bolivia
Estadísticas
La cuenca de la Amazonía ocupa el 65 % del área total del país y cuenta con más de 635 especies de peces registradas. Esta es la parte del país donde se encuentra la menor densidad de la población nacional, lo que ha ayudado a conservar este recurso. Sin embargo, la contaminación de las aguas, la sobrepesca y la sobrecaza de algunas especies están ocasionando serios desequilibrios en la naturaleza.
En la cuenca del Plata existen 170 especies de peces y en la cuenca del Altiplano 32. La mayoría se encuentran seriamente amenazadas debido a la contaminación y a la sobrepesca.
La solución se encuentra en la piscicultura. Esta funciona mejor en la Amazonía, debido a que especies como el pacú y el sábalo aceptan frutas y verduras como comida, lo que hace más rentable su crianza. En el Altiplano se utiliza, principalmente, la trucha, que es carnívora, por lo que se la alimenta con harina de pescado importada del Perú, que es costosa.
La carne de pescado, una buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales como el calcio, protege el corazón y previene la artritis por su alto contenido de Omega-3; sin embargo, en el país, su consumo es de unos 2,3 kg por persona al año, cuando la Organización Mundial para la Salud (OMS) recomienda comer 12 kg.
La producción de peces debe ser incentiva con urgencia en el país.
Antecedentes y potencial pesquero de Bolivia
Los reportes sobre actividades pesqueras artesanales a escala comercial en la región andina del país se remontan a principios del siglo pasado, cuando se registraron capturas comerciales de especies nativas del género Orestias (umanto, boga, carache) provenientes del puerto de Guaqui en el Lago Menor del Titicaca. La piscicultura extensiva se inició en Bolivia en 1930 con la introducción del salmónido Oncorynchus mykiss (trucha arco iris) en lagos de la cordillera occidental y su posterior establecimiento en el lago Titicaca, con el objetivo de desarrollar pesquerías comerciales basadas en el cultivo de esta especie. Para tal efecto se implementó el criadero de truchas de Pongo en el camino a Yungas a 40 kilómetros de la ciudad de La Paz.
La producción de trucha criolla con destino a la industria pesquera de los enlatados, en la década 1960-70, mantuvo una producción anual promedio de 300 toneladas por año. Paralelamente, los pescadores utilizaron métodos de pesca más efectivos como las redes agalleras y los botes de madera impulsados a vela, tipo pinza de cangrejo, embarcaciones con mayor radio de acción en el lago, en comparación a las tradicionales balsas de totora.
La información estadística muestra que el aporte del sector pesquero al PIB nacional es del 0,03 %. Sin embargo, se estima que un 66 % del territorio boliviano (723 000 km2) descansa dentro de la cuenca amazónica. Esta área incluye a las zonas aluviales inundadas estacionalmente con unos 150 000 km2. Si se emplea para la cuenca amazónica una productividad de 1,2 toneladas de pescado por hectárea por año y se multiplica por 100 000 km2 se obtiene, “en teoría”, un recurso de unas 120 000 toneladas por año. Sin embargo, extraer este recurso de forma intensiva sería un desastre ecológico.
La producción pesquera nacional se desplazó de la cuenca del Plata (Río Pilcomayo) a las cuencas del Altiplano y Amazónica que, actualmente, es la de mayor potencial pesquero.
Distribución por cuencas
Nuestro país cuenta con una gran riqueza piscícola que está distribuida en las cuencas del Altiplano, del Plata y del Amazonas. La región potencialmente más rica en recursos pesqueros es el departamento del Beni; sin embargo, el lago Titicaca y el río Pilcomayo también cuentan con un importante potencial.
Cuenca del amazonas
La cuenca del Amazonas de Bolivia tiene aproximadamente 145 ríos notables, 37 lagos grandes y 202 lagunas permanentes. Además, tiene un área de unos 150 000 km2 que se inunda cada año entre los meses de febrero y agosto. En esta área se encuentran más de 280 especies de peces, de las cuales solo se comercializan 5 o 6, siendo los pacúes (Colossoma brachypomus, Colossoma macropomum) y los surubíes (Pseudoplatystoma fasciatum) los de mayor explotación.
Las pesquerías de la región son poco desarrolladas debido a las dificultades de comunicación y a las largas distancias que aumentan el costo de pesca y distribución del producto. Sin embargo, existe un recurso grande, con oportunidades de aumentar el nivel de producción, así como de extender las especies utilizadas.
Las especies comestibles más importantes de la cuenca amazónica son 9, de estas, 7 son de gran tamaño: pacú, tambaquí, chuncuina, surubí, general, paleta y saltador; se capturan con redes de mallas de más de 100 metros. Los de tamaño mediano son: la palometa y el blanquillo, que se pescan con anzuelos. Otras especies irregularmente comercializadas son: piraiba, muturo, sábalo, corvina, sardinon. También, se encuentran en la alimentación familiar local el buchere, bentón, yacú, tachacá, giro, boga, sardina y bagre pintado.
Cuenca del altiplano
La cuenca del Altiplano está formada por los dos lagos más grandes del Altiplano: el Titicaca y el Poopó, así como por muchos lagos alto andinos pequeños y los ríos que los alimentan. Desde el año 1994, las pesquerías del lago Poopó colapsaron debido a la reducción del agua que ingresa al lago, causando el aumento de los niveles de sal y metales pesados en las aguas y ríos aledaños. Su recuperación es lenta e incierta.
Actualmente, en el lago Titicaca la pesca continúa sin reglamentación ni control; con un rendimiento sostenido de las especies: pejerrey, carache e ispi y, en menor grado, la especie exótica trucha arco iris
No se sabe el potencial de producción pesquera accesible del lago, que es principalmente superficial. Existen unos 2000 pescadores bolivianos y otro número mayor de peruanos. Existen evidencias de que las capturas podrían haber alcanzado un nivel no sostenible. Si no se toman medidas urgentes para manejar el recurso, existe el riesgo de sobreexplotación. Sin embargo, posiblemente el mayor peligro se encuentra en la alta contaminación de las aguas del lago.
Cuenca del plata
La cuenca boliviana del Plata está formada por tres ríos principales, de los cuales el Pilcomayo es el más importante. Existe una pesquería tradicional para el sábalo, pez migratorio que tiene más del 90 % de las capturas de la región. Debido a sus características migratorias y a su vida relativamente corta, el recurso es muy sensible a los cambios de flujo del río y la presión de la pesca.
Aunque se recuerdan capturas bastante grandes durante los años 80, el nivel actual es mucho más bajo, atribuyéndose la disminución a la contaminación de las aguas con desechos minerales que contienen niveles de plomo y estaño por encima de los límites tóxicos para el consumo humano, según un estudio Boliviano-Canadiense.
A fines del año 1996, ocurrió un accidente con los desagües tóxicos de la mina de Porco, que probablemente dañaron el desove del sábalo con efectos graves a largo plazo. Posiblemente, la mayor causa se encuentre en la construcción de una represa en Argentina y al desvío de las aguas del río Pilcomayo para riego en Argentina y Paraguay, afectando los llamados “madrejones” del sábalo. Por estos motivos, la pesca en la cuenca del Plata continúa en un nivel muy bajo.
La piscicultura en Bolivia
Hoy en día, la acuicultura no es de mucha importancia en la economía de Bolivia. No obstante a los intentos de desarrollarla, aún ha alcanzado solamente un nivel comercial moderado. La mayor parte del desarrollo de la acuicultura ha dependido de los proyectos con apoyo internacional, los cuales no han podido sostenerse. Tampoco hubo continuidad institucional, razón por lo cual, el desarrollo ha sido muy lento. El consumo de pescado per cápita sigue estando muy por debajo de lo que recomienda por la FAO de 16 kg por persona al año, frente a los menos de 2 kg consumidos en Bolivia. Esto significa que incrementar el consumo de pescado debería ser de “prioridad nacional”, debido a la importancia de este alimento para el desarrollo del cerebro humano y para mejorar la salud en general.
La posición de la acuicultura en la economía de hoy no refleja el futuro, porque la producción acuícola será de creciente importancia, tomando en cuenta el descenso en los desembarques de la pesca de captura. El incremento de los precios del pescado indica un mercado con una oferta insuficiente para una demanda insatisfecha.
La truchicultura está bien desarrollada en la cuenca del Altiplano, sobre todo por las empresas piscícolas. Los insumos necesarios para el cultivo son fáciles de obtener, aunque relativamente caros. Estos insumos incluyen ovas embrionadas, alevines y alimento balanceado. Sin embargo, es poco el desarrollo a nivel artesanal, sobre todo en el lago Titicaca, que, a pesar de la presencia del Centro de Investigaciones y Desarrollo Acuícola Boliviano (CIDAB), las empresas acuícolas enfrentan problemas por su alto precio de venta. Por lo tanto, algunas de las empresas se asocian con piscigranjeros artesanales para asegurar un suministro adecuado de materia prima que les permita ingresar al mercado de exportación. Con el apoyo del CIDAB, la pesca en base a cultivos ha tenido éxito hasta cierto punto, pero la mayoría de las comunidades involucradas en esta actividad todavía no son auto-sostenibles.
El desarrollo de la piscicultura en la cuenca del Plata está basado en la carpa común, la tilapia y el tambaquí, principalmente. El sector gubernamental, a través de la Estación Piscícola de San Jacinto tiene un programa para la siembra del embalse de la represa San Jacinto. La ONG CICA en Tarija ha tenido mucho éxito con la introducción del cultivo de la carpa común para el autoconsumo. Esta ONG ha desarrollado una metodología de extensión eficaz.
Los desembarques del sábalo están bajando, lo cual ha dado como resultado la importación de una gran cantidad de este pescado de Argentina. Este acontecimiento abre las puertas para el desarrollo del cultivo de esta especie tan popular en el mercado boliviano.
La piscicultura en la cuenca Amazónica se ha desarrollado muy poco, a pesar de tener un área inmensa y un clima ideal. Las dos estaciones piscícolas de la región están produciendo cantidades pequeñas de alevines de tilapia y están importando alevines de tambaquí y pacú. Estos alevines, en su mayoría, son destinados para la siembra en los atajados de los ganaderos. Las dos estaciones mantienen existencias de reproductores, pero todavía no han podido realizar el desove artificial de estas. Las especies más adecuadas para la piscicultura en la Cuenca Amazónica son los híbridos de tilapia, pacú y tambaquí.
Sin embargo, se deben destacar numerosos emprendimientos privados que están cavando lagunas artificiales para la cría de diferentes especies con bastante éxito, aunque aún a pequeña escala.
Consumo de pescado en Bolivia
El consumo anual de pescado es alrededor de unos 3 kg por persona (entre los más bajos en América Latina). El gasto en la adquisición del pescado es muy bajo, aproximadamente 0,8 % del gasto total en alimentos. Estudios de preferencia de consumo muestran que en las tres ciudades principales (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz), la población prefiere la carne de res y pollo, en tanto que el pescado ocupa un lejano tercer lugar en la preferencia de consumo de carnes. Entre las razones para el bajo consumo están la falta de costumbre y educación, la inadecuada higiene en los puntos de venta, la poca oferta y el precio elevado.
El consumo anual de pescado per capita varía bastante de una ciudad a otra, oscilando de 1,28 kg en La Paz / El Alto, a 3,8 kg en Cochabamba. El consumo en La Paz es muy superior al de El Alto, situándose alrededor de los 2,2 kg por persona por año, mientras que en la ciudad alteña es insignificante. En todos los casos, el consumo per capita es muy bajo, situándose muy por debajo del promedio mundial de 17 kg por persona. Seguramente este es otro efecto de que Bolivia no tenga mar.
Existe una gran dependencia en el consumo de productos importados, en particular sábalo de Argentina, truchas y algunas especies marinas del Perú (sobre todo para La Paz). Cada año se consumen alrededor de 6400 toneladas de sábalo de Argentina. El consumo total de pescado, estimado en las cuatro ciudades principales de Bolivia: La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba es el 62 % del consumo total del país.