Las llamas presentan su periodo de reproducción de noviembre a mayo, siendo necesario 1 macho para 25 a 30 hembras. Procrean desde los dos años y medio. Son muy fecundas, teniendo un 95 % de preñez. La gestación dura 11 meses y dan una sola cría, la que amamantan 5 meses; es costumbre dejarlos con sus madres hasta los 8 meses. Las llamas manifiestan su celo por medio de mugidos especiales, presentando la boca con un aspecto característico. El celo se presenta en las épocas de fuertes lluvias, de enero a marzo. El parto es fácil y, a los 8 o 10 días, la llama queda dispuesta nuevamente, colocándose en posición semi-recostada en el transcurso de la cópula, la cual dura una hora y media.
Las crías se separan de sus madres, formando grupos de machos y hembras, hasta que completan su desarrollo a los tres años. Luego, se separan los machos para reproductores, las hembras para tener nuevas crías y otros machos para carga, algunos son castrados, a fin de evitar la propagación de defectos o para tener animales mansos y dóciles para el trabajo.
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